jueves, 14 de septiembre de 2017

El hombre y la mujer

El sexo débil


Tú, como el hombre, eres ser humano y “sientes”, pero lamentablemente desde tu morfología eres diferente e incompetente con él, físicamente hablando. Pero eso no debería importar tanto a fin de cuentas como ahora veremos.

No quiero decir con esto que haya cosas que no puedas igualar respecto al varón, sí puedes y de hecho lo has demostrado muy bien, lo haces pero más difícilmenteque supera tu cuerpo, porque tu pasión es más. Es aquí donde veo más completa a la mujer. Dios quiso que se complementasen. El varón es más fuerte físicamente hablando pero la verdadera fortaleza emocional la lleva la mujer. Hasta llega a manipular emocionalmente.

Además muchas actividades no son tus roles ni tan necesario pues, aunque han demostrado "ser muy capaces" ustedes tienen un espíritu tan grande

Tus fuerzas físicas son más limitadas, eres más pequeña generalmente y volátil. Te desgastas pronto porque tu cuerpo es especial, es decir, estás en constante evolución; te renuevas constantemente y no sin dolor sobre todo cada mes.

Son ustedes los seres del dolor, de la vida. Son las visionarias: de ahí tanto entusiasmo, proyectos, cariños, impulsos, sentimientos, motivaciones, sueños… No se pueden estar quietas ni un momento sin pensar en qué hacer en la vida: sea tejer; tocar guitarra; hacer pasteles, galletas; pintar, artesanías, cuidar plantas (cuidar la naturaleza); esmerarse por la comida que sea buena, son
creativas, terminar una carrera o capacitarse, enseñar… en fin, a eso le llamo la verdadera “pasión” por la vida, además que les gusta ser sorprendidas y sorprender ¿Por qué? porque les gusta AMAR. Porque ustedes son la jeringa que inyecta todo eso en emociones.

Si van al centro o algún otro lugar traen recuerdos, dulces o pan para los demás. Los varones nos da flojera cargar. Buscan básicamente “ser amadas” y lo dan todo, apuestan todo por el amor y se declaran débiles ante todo lo que lo contenga; son detallistas y les gustan los detalles. Son las guardianas y resguardadoras de este noble sentimiento. Es en este sentido que para ustedes las palabras no valen mucho más que los gestos o muestras de cariño aunque sean ilógicas, y hasta muchas veces que les mientan cuando no existen palabras correctas, o son desgarradoras para describir una realidad no tan grata, siempre y cuando se sientan amadas, acompañadas, apoyadas.

En fin, su espíritu es mucho más grande que su cuerpo después de todo. Y hasta esta aparente debilidad femenina es pretexto para “quererlas, cuidarlas más”, al menos en el orden de la creación es lo que Dios hubiera querido y quiere, contrario a que nos veamos como algo distinto, como rivales o extraños. En este sentido más que carencias o diferencias, hablamos de riqueza, de complementos.

Tu cuerpo tan frágil pero bello (desde que genera vida) resguarda los más bellos sentimientos del ser humano. 

Ustedes son el prototipo de los sentimientos humanos. Son, por decirlo de alguna manera, la fuente. No por nada y con razón se dice son “el sagrario del varón”, el pilar de una familia.
Tu cuerpo no aguanta mucho bajo el sol; no aguanta cargar cosas pesadas por mucho tiempo. No importa, para eso está el varón, es ahí que se crea el esfuerzo en conjunto; no te gusta caminar sola: instruyes, impulsas, motivas… buscas unidad; es limitado tu cuerpo porque no aguanta tomar mucha agua sin que después tengas que buscar un baño, y tampoco aguantas mucho tiempo esperando en la fila del mismo. Hasta en eso es muy sensible tu cuerpo femenino y delicado con cuidados especiales… quizá porque tienes que guardar espacio a los órganos que generan vida y que no tiene el varón. Pero sin embargo te gusta llevar un
litro de agua o grandes cajas de pan o pay que preparas con tu madre; o fruta en tuppers para compartirlo con tus amistades o pareja que disfrutarán en un café en una plática, una comida o un parque, aunque no puedas cargarlos. Eres, como el amor y Dios, ilógica. Siempre estás al pendiente de los demás, sobre todo de los que más amas. Ustedes son fuertes o sacan fuerzas precisamente de esa pasión por la vida; y muchas veces esa vida es representada por el esposo, los papás, los hijos y las amistades. Se preocupan por todos.

Tú, como mujer, valoras mucho la compañía, te cuesta más, en este sentido la soledad lo cual no quiere decir que no puedas lidiar con ella, pues muchas veces, muchas de las mujeres se
acostumbran a tal situación sin mucho problema porque, además, son autosuficientes y, de relaciones problemáticas, efímeras... prefieren mejor la tranquilidad de la soledad (por practicidad). De ahí la importancia de elegir muy bien la compañía. Les gusta socializar, la plática, compartir, convivir… Si una mujer no habla o comparte sentimientos está propensa a un infarto.

En este sentido lo quieren “todo o nada”; todo el cariño o mejor nada, sencillo pero esencial capricho femenino ¿Y me reprochas, a mí varón, que sea caprichoso? Yo creo que cuando amamos somos de alguna manera caprichosos: queremos amor


La mujer busca siempre más estabilidad, compañía… en el fondo; el varón difícilmente se hace consciente, y tanto es así que puede envejecer sin hacer nada en su vida más que vivir sólo el placer (efímero) con otra y otra, por eso es mujeriego muchas veces porque no se ama así mismo, no se conoce, no sabe lo que quiere y busca de brazo en brazo, mejor dicho, de cuerpo en cuerpo. Busca cariño pero no abre su corazón, todo lo limita al placer corpóreo que sólo es (o debería ser) parte y consecuencia de un amor más amplio que muchas veces ni se imagina y ni disfruta en su plenitud con la mujer.

La mujer puede hacer lo mismo pero va más allá (consciente o inconscientemente); siempre agradecerá quien vea por ella en el futuro, alguien que la alegre, acompañe, la quiera… hasta la vejez. Mira y ama más la vida, le duele la vida y apuesta por ella en el verdadero amor y aunque en un principio no lo haya visto o pedido así. Aquél que la respete, la haga respetar o vivir se llevará su corazón.

Pero lamentablemente su amor por la vida, la familia… es muchas veces también su arma de doble filo con el varón. También muchas de ellas se conforman y son manipuladas (cuando no hay verdadero amor). Son débiles porque en esa búsqueda de compañía, y muchas veces aparente estabilidad aunque el marido no les trate bien, por ejemplo, y por los hijos aguantan muchas cosas (¿Débiles?). El hombre lejos de valorar estas cosas se aprovecha. Por eso el dicho: “el hombre llega hasta donde la mujer quiere” tiene mucho de verdad. Tienen la batuta.

Hay mujeres egoístas también, cobardes y hasta flojas que, por darle la razón al marido al que no quieren perder permiten muchas atrocidades en sus familias incluyendo el machismo. Esa es una debilidad femenina y todo por no querer sentirse desamparadas o solas del varón o alguna estabilidad económica ignorando (o queriendo ignorar) que ellas tienen mucho poder. Pero estas son mujeres carentes desde su familia que buscan rasgos en su pareja que quizás, por ejemplo, no encontraron en sus padres.


Pero, más que flojas, cobardes, tontas, cómodas... diría más bien que representan muy bien la virtud de la esperanza, paciencia y la FE porque "esperan", siempre esperan; esperan pacientemente  cambios; siempre esperan lo mejor a veces muy ingenua y exageradamente llegando a pasar por tontas. En todo caso Dios también es "tonto" porque siempre nos cree y espera aún contra toda lógica humana. Dios no se cansa de esperar nuestro cambio ni de perdonarnos, de darnos las oportunidades necesarias para ello porque nos AMA. Así, no le importa el mal en el que estemos más que lo que podamos ser diferentes (mejores), cambiar. Todo esto no es posible sin amor y Dios nos ama siempre por eso no se cansa de esperarnos y esperar lo mejor de nosotros por más tonto que pudiera parecer. Porque el amor es persistente, paciente y esperanzador. Entonces, la mujer es la viva representación de este amor ¿Lo ven? Y el amor, el que ama nunca se equivoca; tarde que temprano hará el cambio, dejará su huella...



¿Entonces, quien es cobarde, flojo, cómodo, tonto... después de todo? 



El amor, Dios y la mujer son ilógicos en mucho a este mundo, no se apegan siempre a las reglas humanas en tanto no dignifiquen o generen cambios para bien. Estos tres son revolucionarios, rebeldes, contrarios... contra todo lo que no tenga amor. Son los eternos buscadores de tal sentimiento.

La mujer en todo caso es digna representante de todo ello y más con familia, no tan fácilmente cederá ante el mal, resguardará lo que ama y buscará lo mejor. En ella se representan muy bien algunos rasgos de Dios como ternura, comprensión, acogida calurosa, paciencia, enseñanza, sorpresa, amistad, apertura, lucha, alegría, entusiasmo... ¡la vida misma!


Los hombres deberíamos valorar tal compañía aunque, claro, hay excepciones como todo, pero generalmente esta es la esencia de las que yo llamo "las apasionadas" por la vida, por el amor. El amor CAMBIA LAS COSAS aunque la mayor de las veces con dolor.

La mujer


La mujer es todo un estuche de monerías y sacrificada. No tiene rango de error como el varón en la vida (sienten), es decir, tienen un sentido (dolor) más amplio de la VIDA. Ella siempre está y debe estar ahí (parece que le dice la vida) a un lado, velando, resguardando los sentidos, el amor; no puede titubear un poco o pestañear demasiado como el hombre. Más bien, ella como compañera, celadora, lo despierta (impulsa); no puede distraerse tan fácilmente o perder de vista la vida tan desobligada o irresponsablemente (sienten en su interior) y más si nació con menos posibilidades económicas. Es preocupada, pues. Casi siempre la mayoría de ellas tiene una exigencia en su corazón, en su vida, un objetivo o ideal de superación y se la toma más en serio que un varón, mejor dicho, le preocupa más.

El varón también pero generalmente éste tiene detrás una exigencia o inspiración femenina. Por más mala que se catalogue a una mujer tiene mucho que dar, tiene anhelos… pregúntaselo a una mujer cualquiera y verás cómo vuela. El problema son las circunstancias, los status, la sociedad cuando nos dejamos llevar o influenciar más que Dios y nuestros sueños.

No quiero decir que un varón no vea por su vida, se supere y haga algo pero, si se fijan, es por su familia que lleva esa exigencia sobre todo de su madre, de su novia (a la que quiere agradar) que, incluso aunque muchas veces no se lo exija, ella es la primera que quiere lo mejor de sus hijos y le agrada ver que se superen de alguna manera. Quieren lo mejor.

El sueño

La mujer es del varón porque, como vemos, ella es en relación a él desde el novio, el hijo, el marido, el padre al que muchas veces pide consejo y los da. Busca más que nada apoyo, fortaleza, aprecio, cariño, estabilidad. Es la niña de la casa, la bella flor del jardín amada, predilecta y por ello muy atendida y cuidada (así se quiere sentir) por el jardinero (el hombre que la cuida y su creador). Es ahí donde se siente avalada y sueña su futuro.

Pero es débil cuando, por no quedarse solas, aceptan cualquier varón pretendiendo que las avale o estabilice o le ajuste a otros intereses y necesidades superficiales; cuando tiene miedo a seguir buscando, no encontrar y quedarse sola, cuando sucumbe ante la comodidad y seguridades falsas como el dinero que muchas veces es más fuerte que el amor que, cuando se tuvo carencias en la familia, esto parece ser lo más adecuado aunque se sufra de más; cuando se cansó de seguir su proyecto e ideales, a menos que su ideal sea tener al hombre cualquiera mientras la estabilice o su ideal sea más fuerte que un hombre. Esto es fortaleza femenina y más aún humildad: cuando su profesión se complementa y adapta al varón que quiere y le quiere porque muchas veces ellas “hacen lo que les gusta” y pocas por “sobrevivir”. Todo esto en relación al hombre que, más que nada, las tiene que ayudar a "volar". De ahí la importancia de siempre fraguar nuevos proyectos. 

Desigualdad (egoísmo)

El hombre que con dinero tiene a esa mujer que “quiere” (superficialmente hablando como posesión) ha hecho de ella un objeto pero no de amor. O quizás sí la quiera ¿Pero ella? Hay desigualdad y ahí ella es la mujer abnegada que aguanta, que acepta, que avala realidades no tan trascendentes para su propia vida y esto repercute en su felicidad verdadera. Ella es débil, no ha hecho patente su amor como cualquier persona tiene derecho. Algún día se sentirá objeto si no trabajan por el amor verdadero de esposos y los unen otros intereses. Aquí es donde el hombre es amo y ella la esclava (si no se siente amada o no ama), donde habrá conflictos de infidelidad más fácilmente. Aunque puede también ser al revés.


Se trata, pues, de ser amos los dos, los reyes de la creación y, siendo reyes ambos, para cualquier circunstancia o decisión se toman en cuenta siempre opinión . Se respetan porque se aman y en ninguna de las dos partes se hace valer sólo lo que uno dice simplemente “porque quiere” lo cual sería egoísta y soberbio, y la soberbia no se contempla en el amor. Estos rasgos se dejan ver incluso mucho antes o en el noviazgo. 
El hombre y a mujer. Hermosas criaturas de Dios


El hombre es la más elevada de las criaturas, la mujer el más sublime de los IDEALES; el hombre es el CEREBRO, la mujer el CORAZÓN; el cerebro fabrica la luz, el corazón el AMOR; la luz FECUNDA, el amor RESUCITA (Impulsa); el hombre es FUERTE por la RAZÓN, la MUJER es invencible por las LÁGRIMAS; la razón CONVENCE, las lágrimas CONMUEVEN; el hombre es capaz de todo HEROÍSMO, la mujer de todos los MARTIRIOS; el heroísmo ennoblece, el martirio sublima; el hombre es un CÓDIGO, la mujer es un SAGRARIO; el código CORRIGE; el Evangelio PERFECCIONA; el hombre es un TEMPLO, la mujer es un SANTUARIO; ante el templo nos descubrimos, ante el santuario nos ARRODILLAMOS; el hombre PIENSA, la mujer SUEÑA; pensar es tener en el cráneo una larva, soñar es tener en la frente una AUREOLA; el hombre es un OCEANO, la mujer es un LAGO; el océano tiene la perla (más hermosa) que la adorna, el lago la POESÍA que deslumbra; el hombre es AGUILA que vuela, la mujer el RUISEÑOR que CANTA; Volar es dominar el espacio (Cielo); cantar es CONQUISTAR el alma. El hombre está donde termina la Tierra; la mujer donde comienza el CIELO.

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