miércoles, 28 de agosto de 2013

APOSTOLADOS

El próximo viernes, es decir, en dos días, empezaremos nuestros apostolados y, en esta ocasión, iremos al Hospital de Cardiologia. ¿Qué se hace alli? pues nada más y nada menos que visitar enfermos, y visitar implica no solamente (para nosotros) llevar la comunión, sino también platicar, alentar, acompañar a las personas que sufren.
Esta será mi primera experiencia ya que la vez pasada (hace dos años) estuve yendo a las penitenciarias, más específicamente, con los reclusos del "Reclusorio Sur". En este apostolado conocí gente que, por razones fuera de su voluntad se encuentran ahí. Incluso, hay quienes no quisieran salir porque ahí sí comen bien y tienen techo; porque lo que no tienen es familia ¿Qué triste verdad? y muchos están así, olvidados sin quien los visite o los espere afuera. En ese sentido ¿Para qué salir?

Estar en la prisión con los "olvidados" y lo digo más que nada por la idea que de ellos se tiene de peligrosidad, es llevar una esperanza sólo con nuestra sola presencias pues, mientras íbamos por los pasillos, nos detenían a cada rato con la expresión "Padrecito una bendicioncita acá pa la raza, ¿no?" "Gracias Padrecito". Pidiendo a su manera a Dios que no les olvida, es aquello que los mantiene y da fuerzas.

Pero estar dentro, realmente es otra cosa, es como una mini-ciudad y tienen, incluso, su propia capilla grande y bonita, hay servidores y sacerdotes que les celebran y administran sacramentos y todo esto les cuenta además como buena conducta para salir pronto.

Ahora me encamino a una experiencia más, un nuevo reto porque ¿Qué decir ante el que sufre? eso me recuerda la oración: "Señor, dame las palabras propicias ante el que se siente sólo y desamparado" porque, ciertamente, no voy en mi nombre sino en la del Señor, y eso me alienta. Soy tu servidor Tu dime lo que tengo que hacer. Aunque, como humano, los nervios son normales, supongo. Ahora con la bata blanca entre los pasillos de tal hospital con gente de diverso status, índole y creencias. Les pido sus oraciones para con este nuevo proyecto que emprendemos. Después seguiré comentando al respecto. ¡Gracias por leer, me acojo a sus oraciones!

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