viernes, 4 de diciembre de 2020

Amor "a medias"

"Conozco tus obras, no eres ni frío o caliente. Ojalá fueras frío o caliente; pero como eres tibio, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca" (Ap 3, 15).

A Dios no le gusta la "gente a medias" (o mediocre); aquella con apariencia de madurez, compromiso, trabajadora, prudente, bondadosa, etc. pero que en el fondo sólo sigue las reglas del mundo, es decir, se comprometen "a medias", en "apariencia" con Dios y la Iglesia en la medida que ésta sólo les provea momentos placenteros...

Lamentablemente, y para decepción de tales personas, la verdadera Iglesia católica y sus verdaderos fieles están constituidos de dolor, de sufrimiento, de entregas, de sacrificios, disciplinas y, algunos cuantos hasta dar la vida por la Palabra de Dios, por la verdad, gracias a su compromiso que no puede venir de otro lado distinto del amor, del amor a Dios.

Así, puedo decir que quienes se comprometen "a medias", es porque realmente, como manifestó Jesús a sus verdugos en el suplicio de la Cruz y de los cuales aun así imploró misericordia, "no saben lo que hacen" (Lc 23, 34) porque no aman; no saben por qué están ahí ni qué están viviendo. Son, en todo caso (si son católicos), católicos por "tradición", es decir, se queden en el mero cumplimiento de "ritos" aprendidos, pero no lo son por "convicción", es decir, convencidos de lo que viven por que se suponen que "lo viven", viven el amor de Dios, y ese espíritu y anhelo manifiestan.

Vivir a medias, o ser incoherentes es decir un "sí" (me comprometo) con los labios, pero a la vez decir un "no" en fondo del corazón: ¡Qué aburrido! ¿Ya va a acabar la misa/el rezo? "hace frío", "me da flojera", "ya empezó a llover, mejor no voy", "Si van los demás si me animo, si no, mejor no", "ya es hora, pero mejor me acerco ya que lleguen los demás", ¿Por qué tan larga la misa? ¿Qué van a dar en el rosario?... con estas últimas actitudes se demuestra el fervor "a medias" por lo que hacemos: quizás obligados, por complacer a otros y quedar bien ante las demás personas; sentirme importante, indispensable o mejor que cualquier otro por prestar un servicio, etc. Todas estas motivaciones son "imperfectas"; la verdadera es la que está ahí, a pesar de la lluvia, las críticas, la soledad, la infamia, etc. Sólo por "convicción", porque ama y sabe a quien sirve esencialmente: a Dios. Este es el verdadero servidor, el que verdaderamente ama.

"A ver, ¿qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le dijo: Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña. El hijo le respondió: No quiero; pero luego se arrepintió y fue. Acercándose al segundo le dijo lo mismo. Este respondió: Ya voy, señor; pero no fue ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?" (Mt 21, 28).

Un mismo mandato, dos actitudes distintas. Coherencia e incoherencia. Asi nos parecemos muchas de las veces los católicos al decir "Sí, Señor ya voy", pero a la hora de trabajar no lo hacemos, sea por flojera o por alguna otra circunstancia que nos hizo cambiar de intención. La buena intención, pues, ¡no basta! y no en vano el dicho de: "de buenas intenciones está empedrado el infierno".

¿Qué es, pues lo más importante para Dios? ¿las palabras (incluyendo el rezo con los labios o cumplimiento de ritos en la liturgia, etc.) o la acción en sí misma? Recordemos lo que nos dice el Evangelio a este respecto: "No todo el que me diga: ¡Señor, Señor! entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre del cielo" (Mt 7, 21). No basta, pues, alabar al Señor si el corazón está muy lejos de su voluntad o tiene otras prioridades en el fondo, prioridades que van más acorde a lo que dicta el mundo y sus placeres que a los preceptos de Dios mismo.

Jesús, pues, también dentro de esta convicción nos pide "madurez" y "decisión" ya que "Nadie puede estar al servicio de dos señores, pues odiará a uno y amará al otro. No pueden estar al servicio de Dios y del dinero" (Mt 6, 24) y aunque hace referencia a Dios y al mundo representado en el dinero, en este texto podemos ver como Dios pide exclusividad en su amor, pero una exclusividad que exige a los que le aman. Sin embargo, esta exclusividad no es obligatoria ni impuesta y, quien decide amarle, lo hace libremente, y libremente cumplirá sus decretos sólo por amor a Él. 


También podemos ver aquí la "coherencia" de vida y la "decisión" de la que hablaba inicialmente: "o eres frío o caliente, pero nunca tibio", o sea que, seguir a Jesús a él implica libertad y compromiso porque el amar esto implica de por vida; de decidir por alguna parte, pero no por ambas: o Dios o el mundo; o te salvas o te condenas a tí mismo, es tu decisión.

¿En qué consiste, pues, más específicamente la incoherencia? En querer estar en los dos lados a la vez según mis conveniencias, es decir, sin compromisos, tomando la religión "a mi manera" y no como debe ser, con hechos y verdadero espíritu de servicio con todo lo que este espíritu conlleva.

Así, para Dios, el pecador incluso es más valioso que el mismo "orgulloso" o soberbio, y no porque Él desee que pequemos para ser preferidos recordando que Dios odia el pecado (la desobediencia) más no al pecador (sus hijos), sino que hay pecadores que, por no conocer su Palabra, han hecho cosas mal por el ambiente en que han vivido, pero que, sin embargo, al conocerle, si lo aceptan con un corazón contrito y humilde, éstos encontrarán la salvación, y éstos son muy valiosos para Dios, estas actitudes de reconocimiento de la Verdad. "De la misma manera les digo que habrá más fiesta en el cielo por un pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse" (Lc 15, 7).

El orgulloso al contrario, y en primera instancia, "no acepta" que peca; que es miserable, que falla y que, por ende, necesita con más razón del amor de Dios para salvarse... Este es el peor, el que creyéndose salvo por cumplir preceptos, también piensa que no necesita de la gracia Divina, por eso ahí, entre los "necios", se paraliza el Espíritu Santo y, con ello, sin su ayuda, crean su propia muerte y condena...

martes, 24 de noviembre de 2020

El amor

Una de las principales características del amor, creo yo, es la "Ilusión" muchas veces llamada precipitadamente "ingenuidad" pues, cuando te enamoras elevas a aquella persona que amas en un "pedestal", y le revistes de cualidades y virtudes que incluso en vida real, es decir, ya con los pies en la tierra, quizá ni siquiera parezca tener.

El amor es una ilusión porque plasma en el ser amado aquello fántastico y maravilloso que desea ver y vivir. Por eso el amor es también muchas de las veces catalogado como "fantasioso" (de la mano de la ingenuidad como digo) pero que alimenta a su vez la esperanza en todo caso.

El amor tiene ese poder de transformar, por eso se parece a esa historia del famoso "Rey Midas" porque todo cuanto toca lo transforma, lo inquieta, lo mueve, lo embellece... Así, toda materia deja de ser materia con él y toma otra forma espiritual de trascendencia, rescata su esencia, eso es lo que quiere ver, rescata lo bueno de cada ser...

Cuando una persona se enamora, "endiosa" a aquello (a) que ama y no puede verle más que sólo "virtudes". La endiosa tanto que la hace única y le ve una belleza tal que llega a pensar que otro (a) podría también enamorarse y llevárselo (a); piensa que ha encontrado un tesoro, el mayor de todo el mundo y se siente más que afortunado (a).

El amor, pues, en este sentido es "ingenuo" en cuanto que desafía las leyes básicas de la lógica natural, conforme a la realidad, de la experiencia misma de la vida; el amor se atreve a superar esa misma lógica humana buscando donde para muchos es evidente que ya no hay nada más, tratando de vitalizar lo que parece muerto y seco plantando en el "desierto"... Así de ilógico y, si quieres, de "absurdo" es el amor que "cree" donde se ha perdido ya toda esperanza, toda ilusión

En todo caso, lo que llamamos "ingenuidad" puede sólo tratarse de "pureza", "inocencia" o, simplemente, de un "amor incondicional"; de aquél o aquella que "cree" en su amada (o) sin más ni más. ¿De qué cuidarse -dice pues- si el amor no es mentira, es la verdad?

Así, pues, el verdadero amor nunca (aunque pudiera), querría por ningún motivo a su amado (a) "engañar", traicionar, porque éste no buscaría de él (o ella) hacerle algún mal. El amor es "bondad", (nunca sólo interés) es lealtad.

Más, como Dios es amor, el mejor amante es el que se sustenta en Él como fuente, ejemplo y sostén.

A Dios nadie lo puede medir ni conocer sus designios, sus reglas (si es que las tiene como tal), así mismo es el amor de "bambaleante" que entra y sale por donde quiere, que no "discrimina" y que, al extremo, llamado misericordia, simplemente "transforma" al que con él se topa.

Muchos santos se han embelesado en Él prefiriéndole a muchos otros vanos amores. El verdadero trae paz, esperanza y fe. Por él vale la pena dar la vida misma; es por lo que se vive y da sentido, por lo que vale un minuto de existencia aquí en la tierra porque, siendo feliz aunque sea ese instante, se habrá ya cumplido la misión de esta vida en muchos sentidos. 

Si los años de nuestra existencia se midieran por lo realmente vivido, me refiero a lo "disfrutado", es decir, a lo verdaderamente "amado" y, con ello obviamente "feliz" ¿Cuántos años en realidad hemos vivido? ¿Qué es la vida sin amor? Nos engañamos muchos en esta tierra llamando vida al simple movimiento de nuestro cuerpo físico sin una ilusión. Llámase mejor "vida" a aquello por lo que te hace realmente "sentir", "ilusionarte", "bailar", "cantar" con tus familiares, pareja, amigos, "reír"... Eso es "vivir" y no andar como los muertos caminantes cumpliendo horarios, ritos... pero que realmente no motivan, no permiten soñar, encantarnos por algo, hacer planes motivantes nuevos cada día preguntándonos y alimentando esos "gustos" sanos que proyectan nuestro porvenir...

Porque la vida se "disfruta" y no sin amor; de la madre/padre con su hijo (a); del amigo con el amigo, etc. donde todos ellos se desean lo mejor (no aislada ni egoístamente); del amor a los semejantes desde el "servicio" mismo al darse en beneficio de los demás y en bien de la comunidad o sociedad por un mundo mejor... 

lunes, 16 de noviembre de 2020

Caridad

Muchos hemos escuchado en más de una ocasión acerca de este término por demás significativo, sin embargo, estoy seguro que no hemos agotado por completo su significado; si profundizamos más al respecto, encontraremos sin duda mucho más de lo que creemos que sabemos...

¿Qué significa, pues, la palabra "caridad"?

Si buscamos en la web encontraremos esencialmente que el objeto de ésta es el amor a Dios sobre todas las cosas y, por supuesto, esto implica a su vez el amor al prójimo ya que: "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su Hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su Hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?" (1 Jn 4,20).

Caridad se deriva del griego ágape (amor fraternal) y del latin caritas que hoy día traducimos como "amor" más propiamente. En este sentido es que caridad viene siendo lo mismo que "amar". Se trata de una de las tres virtudes teologales después de la fe y la esperanza, y la más importante de éstas ya que, si no tengo caridad (o amor), así sea yo un gran héroe o conquistador de grandes ciudades, yo nada soy" (1 Cor 13).

Pero ¿qué significa amar? Este es el meollo del asunto y, por decirlo más precisamente, es lo más complejo y el punto central de nuestra exitencia humana; es el motor que nos mueve de mil maneras; lo que nos desanima y da sentido; es por lo que damos la vida misma... es precisamente por ella que venimos a este mundo y que aun hoy día muchos tratamos de entender en esta escuela de la vida. Unos la alcanzan a entender de manera plena más pronto que otros. Más, con la palabra "entender" no me refiero a algo propiamente de la mente más que del sentir y, por ende, se vive, ya que parece ser que el amor (o caridad) tiene como uno de sus requisitos básicos eso: el amor se comprende más auténticamente viviéndola con todo lo que conlleva: dolores y alegrias, de todo un poco cada vez. El amor verdadero pues, se distingue del falso en la "resistencia" y aún en el "desierto".

La caridad (o amor) engloba a las otras tres virtudes anteriormente mencionadas: la fe y la esperanza ya que sin amor ninguna de éstas existiría. La prueba está en la "confianza"; el amor es capaz de muchas cosas y de provocar incluso lo inimaginable o aparentemente imposible; es capaz de sembrar en el desierto por ejemplo; por eso se la llama muchas de las veces "loca", "rebelde", "ingenua", etc., y, ciertamente, para complicar más las cosas, también "ilógica" como Dios mismo, es decir, que supera toda regla e inteligencia humana. Con el amor (o caridad) "todo es posible" o, mejor dicho, "todo puede suceder", de ahí se desprende su exquisitez, su hermosura y expectación, su encanto, sorpresa, sentido...

Dice San Pablo hermosamente y embelesado por ella tratando de definirla y, con ella, de alguna manera de delimitarla: "El amor paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad." (1 Cor 13, 1-13).

Y si le queremos agregar más cualidades, resaltan también las claves de Jesús de una forma un tanto resumida: amar a Dios y al prójimo como así mismos que involucra también al enemigo ¿Quién quiere amar al enemigo? más aún ¿al despreciado, enfermo, pobre u oprimido? Sólo el que ama de verdad. He aquí lo complicado de tal cualidad, es fácil decirlo, difícil practicarlo, pues, como mencioné al principio del escrito, el amor "se vive", no se "predica" propiamente; de él se da ejemplo de vida más que sólo cátedras.

La caridad (o el amor) no es, pues, "asible"; ella va y se posa donde quiere; no discrimina, toma a todos por igual, a todo aquél o aquella que se cruce por su camino si le parece; lanza su anzuelo e invitación, por eso tambien se le llama "ciega" porque el verdadero amor "no se deja sobornar" ni por la sola apariencia "apantallar"; tiene cara de ingenua pero sabe lo que quiere, es amable y también prudente; parece que la engañas y de ella al final, si de verdad quieres, aprendes y te transforma. Porque además, ella es respetuosa y también por lo anterior dicho, es pura y noble.

La caridad (o amor) es "considerada" y "persistente", impulsada precisamente por la "esperanza" y no tan pronto en su entrega o hazaña muere.

La caridad, en pocas palabras diría yo, es precisamente lo "irreal" y e "imaginable", por eso también a su vez es "creativa", puede hacer cuanto quiera, como la frase de San Agustín "ama y haz lo que quieras" porque ésta dondequiera se mueva no divide sino "crea"; ama la vida y no la muerte, por eso ese "hacer lo que quiera" no tiene sentido "rebelde", opresor o ambicioso más que el de no hacer daño ni destruir sino el de "hacer todas las cosas nuevas", desear el bien siempre...

(continuará) No olvides comentar.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Todos somos santos

Porque todos somos santos para Dios


Santo es el que ama, el que gasta su tiempo por los demás, santo es el alegre y el divertido, por cariño; santo es el que pone sus preocupaciones ante Dios, el que vive atento al hermano; santo es el que llora con el que sufre, que regala los detalles de cosas sencillas: una anécdota, una sonrisa... que acompaña y hace sentir bien al agobiado aun en la dificultad y tribulación, que le muestra el lado afable de la vida, el que se ríe con esa persona feliz o afligida; santo es el que libera de una culpa o sentimiento malo como la tristeza, soledad, ira, envidia, rencor, dolor, reprensiones, etc.; santo es el que cura de un resentimiento, el que es compasivo y misericordioso, es el que alivia el peso del compañero, el que regala su ternura, el que no tiene nada suyo; santo es el que actúa ecológicamente, el que exprime la vida con pasión y no se deja abatir por los problemas, al contrario, usa a éstos como escalón; santo es el que trabaja por conseguir la justicia y la paz, el que acoge al que está caído, el que acompaña al desvalido; santo es el que festeja la vida con la gente y que adivina lo que éstas necesitan, el que descansa al preocupado y le hace como el evangelio lo dice: su yugo suave y su carga ligera, el que proclama con su actitud y por doquiera que va a Jesús, su amor; santo es el que facilita la elaboración de un duelo, pero también el que acaricia la vida del hermano; santo es el que tiene siempre una casa abierta y mesa puesta para el forastero y necesitado, el que sabe tender la mano; santo es el que sabe vivir en amistad y disculpa a todo el mundo sin ser negligente o “laxo” en las leyes de Dios, sólo liberando del egoísmo y resentimientos humanos, del desamor; santo es el que une y busca los medios para tal intención; santo es el que te hace encontrar a Dios por cualquier medio y vive en su compañía ¿Tú eres santo? ¡Felicidades! Porque ¡regalarás felicidad a donde quiera que vayas!




domingo, 11 de octubre de 2020

La verdadera fe

 "Sólo existe una lengua en la ciudad de Dios, la lengua del amor. Los que hablan mejor, hablan en silencio" 
(Thomas Merton).

El testimonio es el que mejor habla de nosotros, no tanto las palabras. 

Cuentan que San Francisco de Asís le dijo a un discípulo que lo acompañe a un pueblo a predicar. El discípulo aceptó entusiasmado con la posibilidad de aprender a predicar. Sabía que tenía que aprender a llegar a las personas hablando sobre la palabra de Dios.

Durante todo el día, San Francisco se paseó por las calles del pueblo, atendiendo las necesidades de los pobres y desamparados. Ayudó a la gente enferma, dio de comer a las personas con hambre y hasta ayudó a construir una vivienda para una persona muy humilde.

Cuando estaban de regreso, muy cansados, el discípulo estaba decepcionado porque San Francisco no había predicado ni se había dirigido públicamente a los feligreses. El discípulo que quería aprender a predicar se sentía muy frustrado. Lo miró a San Francisco y le dijo:

- Maestro, pensé que íbamos a predicar en este pueblo.

- Hijo mío, claro que hemos predicado, pero no con palabras sino con el ejemplo. Quizá no te diste cuenta, pero nuestra conducta era observada por muchos. No tiene ninguna utilidad predicar sobre las palabras, a menos que hagas eso que predicas, respondió con cariño San Francisco.

¿Por qué es tan difícil predicar con el ejemplo? Hablar de lo que uno hará en el futuro es fácil. Sólo se requiere soltar las palabras de la boca. Nuestro ego se infla con todas las cosas buenas que supuestamente hacemos. Pero hacer las cosas en la realidad, requiere de trabajo arduo, disciplina, paciencia, muchos sacrificios, cambio de hábitos y sobre todo humildad. Tampoco existe un beneficio para el ego, los resultados son más bien para Dios, en Dios y por Dios, por quien trabajamos. Nosotros sólo somos instrumentos, de ahí la humildad en tal reconocimiento. Además, los logros le tocan a Él, los cuales pueden ser a mediano o largo plazo según le plazca.

Nuestra conducta, pues, habla más que nuestras solas palabras.

A veces pensamos y queremos hacer grandes sacrificios para que, de la noche a la mañana se logren grandes cambios sin darnos cuenta de que el verdadero cambio o sacrificio, el testimonio, se va dando desde el trato diario con los demás y la naturaleza, desde las cosas sencillas.

Frenarme de decirle algo feo y sin sentido a quien "me cae mal" por tal de no propiciar palabras que no llevan a ningún acuerdo y sí a la violencia, es un sacrificio genuino que vale la pena intentar. Y este sacrificio, aunque no lo creas, ya es un producto de la fe y la oración ya que no es fácil refrenarse uno mismo sin la ayuda de Dios.

Así, de nada me sirven los ritos religiosos a las que participo si no soy capaz de seguir reglas de convivir en familia o comunidad en paz; si soy grosero, rebelde, o me importa un comino lo que el otro (a) piense; en pocas palabras, si no soy siquiera respetuoso y, con ello, falto por supuesto a la caridad; si quiero hacer sólo lo que a mi me apetece por sólo placer o capricho. Este no es el verdadero sacrificio que Dios quiere en aras a propiciar mayor paz en mi comunidad.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que la fe se traduce en obras como lo señala en la biblia la carta de Santiago "¿Tú crees que existe Dios? ¡Muy bien! También los demonios creen y tiemblan de miedo [...] Estás viendo que la fe se demostró con hechos, y por esos hechos la fe llegó a su perfección." (St 2,18.22).

Por tanto, la sola creencia no basta, me refiero a la fe, la cual se ve cuestionada por la falta de obras, de testimonio. Es por ello que, por más que yo diga tener mucha fe y creer en un Dios de amor supremo, esta fe sólo será válida en los hechos, desde el mismo trato con los demás.

En pocas palabras: "la fe se vive, no sólo se predica".

viernes, 9 de octubre de 2020

Mes del rosario

En este mes del rosario, como su nombre lo indica, se nos quiere inducir a adquirir esta virtud de la oración mediante esta devoción especial e importantísima a nuestra Madre Santísima María. 

De por sí, no deberíamos vivir sin el auxilio de la oración diaria, con mayor razón se hace necesaria tal actitud de humildad reconociendo que "sin Dios nada podemos", de ahí la importancia de la oración ante las dificultades diarias de la vida y ¡qué mejor que por la intercesión de nuestra Madre Santísima María!

He aquí una de tantas opciones en que, lamentable y paradógicamente, ante la gran cantidad de opciones en los medios de comunicación de las que hoy gozamos, no las aprovechamos en favor de nuestra espiritualidad; muchas personas permanecen por demás indiferentes y, suele suceder que las que tienen acceso a tales medios, no les interesa involucrarse y llenar su espiritualidad de las cosas de Dios más que las del mundo. A veces son más devotas aquellas que no tienen acceso (sin generalizar). Ojalá seamos de esas personas (que ojalá se multipliquen) que sepan aprovechar los medios masivos para recrearse y llenarse de Dios ya que, hoy más que nunca, ante la facilidad de los medios, hay menos pretexto para nutrirnos espiritualmente. 

He aquí, pues, como digo, una de tantas opciones que pueden encontrar en internet para seguir el rezo del santo rosario en favor de la humanidad y en contra de tantas cosas adversas que nos afectan hoy día de manera especial como es el caso de la "pandemia".

Santa María, Madre de Dios ¡Ruega por nosotros!

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Luz y sal


"Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.

Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo." (Mt 5, 13-16).

Este texto es muy característico porque invita a "dar testimonio"; a ser sal en un mundo sin sabor, y a ser luces en un mundo que camina en las tinieblas.

También hace alusión a los dones y es un llamado también a "ejercerlos" porque ¿De qué sirve ser sal si no damos sabor? o ¿Ser luz si no alumbramos? 

Estamos llamados, pues, a "dar testimonio"; a hacer presente el amor del Padre en este mundo caótico con nuestro proceder: "para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo." (v.16). 

Estamos llamados a "ser santos" en ese sentido, pero ¿Qué significa esto? Significa hacer de lo ordinario algo extraordinario.

Lo ordinario todo mundo lo hace y lo está haciendo en estos momentos. Tenemos así mucha gente ordinaria en nuestra sociedad: corruptos, estafadores, ladrones, violentos, avarientos, indiferentes, etc. Cosas por demás muy comunes y ordinarias en nuestra vida, tan comunes que muchas de las veces pasan desapercibidas cual si fueran "normales", disfrazadas de legalidad, orden y hasta bondad...

Estamos llamados pues, a ser esa diferencia; a ser extraordinarios en un mundo por demás tan ordinario; a no seguir la corriente a la maldad y al pecado que, muchas de las veces llegan a parecer hasta algo virtuoso y normal. Recordando que no porque la mayoría apruebe acciones, significa que éstas sean correctas.

En este texto Jesús nos invita a remar contra corriente, contra el mundo del desorden, a denunciar las injusticias y no aprobarlas, es como una invitación donde no aprobemos acciones que no dan vida, que son incorrectas por más que la gran mayoría las apruebe.

Hay, en este sentido, valores que provienen de Dios y que nunca cambiarán, mismos que dan sentido a nuestra existencia. Se trata de la ley perfecta de ese amor divino hacia nosotros...

Dar testimonio, pues, como ya acabo de mencionar, implica ir contra corriente de lo malo, recordemos también que "No todo lo que nos apetece necesariamente es bueno, ni todo lo que no nos apetece a primera instancia al menos, es malo". Por ejemplo, la oración no es mala; hace mucho bien aunque en un principio no nos apetezca pero ordena nuestro espíritu y la relación con el Dios de la vida pidiéndole que nos guíe ante nuestra "poquedad" de humanos y frágil inteligencia. Por otro lado, tantas cosas placenteras que nos rodean y persuaden pero que, sin embargo, no son garantía de darnos valores y sentido, de hacernos mejores seres humanos. Al contrario, nos dejan un vacío extremo porque no está Dios en ellos, y es que, el Dios de vida nos impulsa a servir, a donar la propia en favor de los demás. Ese es el sentido, el Dios (amor) que seguimos...

Llega un tiempo en que nos vemos envueltos en controversias que hacen dudar y tambalear nuestros valores. Por ejemplo, de tantos que apoyan y dicen que el aborto no es malo, llega uno a pensar si de verdad, lejos de estar defendiendo la vida ¿estamos negando un derecho humano de la libertad de decidir de la mujer como ellos argumentan y aseguran? Creo que todos tenemos derechos y libertades siempre y cuando no afectemos la vida de otros seres las cuales no nos pertenecen. Sólo pongámonos en lugar del otro ser. En todo caso, el culpable (de la situación por la que se halla dado) no es el bebé; el problema de tales situaciones vienen más de fondo, desde la sociedad misma y no del individuo como tal. Todos somos de alguna manera responsables por las vidas humanas... (En otro apartado daré mi opinión al respecto de este tema y movimientos feministas actuales). Por mencionar sólo un ejemplo de los problemas que aquejan hoy a nuestra sociedad y amenazan la vida, a nuestras familias en sus valores más profundos.

Ser luz, pues, implica saber iluminar el camino de otros por más terregosos o accidentados que sean, nos toca iluminar la verdad y no guiar por senderos oscuros y en apariencia rectos pero que quizá no nos lleven precisamente a "dar vida", a dar sabor, sentido a la humanidad... Nos toca, en este sentido, aconsejar, dar pautas, guiar a la mejor conciencia y, muchas de las veces, también contradecir...

Muchas de las veces (si no es que siempre), hacer las cosas extraordinarias implicará dolor, discordias, heridas, desprecios, incomprensiones, etc., por el sólo hecho de dar a conocer la verdad y mantenerse firmes; por contradecir a la gran mayoría que dictan verdades a medias, leyes en apariencia "incuestionables", incorruptas... sólo porque ellos (como digo, en mayoría) la avalan pero que en el fondo no llevan más que "muerte" a largo plazo...

Lo ordinario, pues, lo que todo mundo hace a diario, lo que repite, cualquiera lo hace. Buscar dinero fácil atropellando e incluso sin importar matar al prójimo con tal de conseguirlo, esa es la verdadera miseria del alma; cuando se subordina al propio hombre a las cosas terrenas, cuando éste deja de ser persona y se convierte en "objeto". 

Pero hacer cosas diferentes, extraordinarias, pocas personas lo hacen porque es más difícil pero más meritorio por lo mismo, y a la par va el concepto de "santidad" que no es otra cosa que eso: ser extra-ordinario ¿Qué significa eso? que no cualquiera es capaz de dar ejemplo de vida en la sociedad restituyendo en la dignidad a muchos, atendiendo o sirviendo en las necesidades más urgentes. Sólo los comprometidos con el amor y la verdad, es decir, con Dios mismo, serán capaces porque de él precisamente, les viene la fuerza.

Para muestra un botón: Hubo alguien que un día decidió "servir a los demás" en cuerpo y alma. Ella se llama Agnes Gonxha Bojaxhiu, mejor conocida como la "Madre Teresa de Calcuta" y, para muchos, incluso no católicos, una Santa en este sentido de "gente extra-ordinaria".

¿Qué hizo ella? abogó por los pobres y más necesitados, vendó sus heridas y atendió con mucho cariño a aquellos que para la sociedad eran práctica "desechos", a los despreciados. Ella vio la oportunidad de hacer cosas nuevas donde nadie más se atrevió, y lo llevó al extremo.

¿Quién de nosotros seríamos capaces de amar a tal grado curando las heridas de un leproso? Ella lo hizo y no sola sino con la ayuda de Dios, de su espiritualidad. Ella predicó al Dios amor en hechos aunque no pronunciara palabra alguna de la Biblia pues ya había dado a conocer el amor de Dios desde su propia persona.

Tan grande fue su testimonio que fue apreciada no sólo por católicos sino por personas de otros credos de la región.

Y así como hay mucho desorden en nuestra sociedad, personas  ordinarias organizándose para hacer el mal, robando y matando de mil maneras gracias al dios dinero porque el Dios amor no está presente en sus corazones, así mismo, y por otro lado, hay personas, tanto en el ámbito social como religioso, que no reparan en "ayudar" y hacer las cosas nuevas con su ejemplo, en dar sabor y luz en este mundo tan golpeado por el egoísmo y avaricias que desplazan al Dios de misericordia que todos deberíamos de llevar en nuestros corazones para una sociedad mejor.

Esta es la lucha diaria: hacer sobresalir esa luz, esa paz, ese amor en un mundo, como ya dije al principio, por demás ordinario, oscuro, sin sabor, distraído, desordenado, ignorante, impulsivo... haciéndolo extraordinario y con mayor sentido de la mano de la Palabra de Dios.

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sábado, 19 de septiembre de 2020

¿Gran Catástrofe?

Hoy nuevamente es 19 de septiembre, fecha muy significativa para los mexicanos. Se trata de una fecha que se queda, sobre todo para quienes lo vivieron más directamente, marcados en la mente y el corazón.

Hoy es una fecha conmemorable para la gran mayoría de personas y, para algunas otras quizás, un aniversario que pasará desapercibido y con aires de indiferencia...

Yo podría ser una de éstas últimas personas, sobre todo porque, aunque ya había nacido en el momento de los sucesos, mi poca edad me impedía hacer conciencia por completo de lo que estaba aconteciendo. Pero, al pasar de los años, y cada vez que veía los relatos de los hechos en cada aniversario, esta pequeña, casi nula conciencia con que contaba en mi pequeñez, se fue acrecentando cada vez más al grado de fortalecer más el sentimiento de empatía y solidaridad por los afectados...

Este suceso fue sin duda "terrible" por un lado al saber que dejó muchas víctimas mortales, pero, a la vez, fue también una "oportunidad" para mostrar nuestra humanidad porque, como dicta la frase: "nunca se es mejor amigo (y hermano) que en la dificultad", así mismo se dejó ver tal espíritu solidario entre los mexicanos.

Este tipo de situaciones, por supuesto, nos dejan un sabor amargo, con sentimientos de angustía, dolor, coraje, impotencia... pero también, por otro lado, nos llenan el corazón de esperanzas al probar nuestra capacidad de respuesta y solidaridad ante las necesidades humanas; nos llena el alma el hecho de saber que, a pesar de la dificultad, se "tiene un hermano con quien contar"; que exista alguien dispuesto a ayudar y se ofrezca empática y desinteresadamente por la causa. 

Creo que este es el milagro principal: la flor de la esperanza que de entre las cenizas brota con mucho entusiasmo, el milagro de la solidaridad.

No sé qué conmueve más, si el hecho de ver a gente arruinada, sin casa e, incluso con familiares muertos y perdidos; o el hecho de ver a tanta más gente que, ante la catástrofe, se organiza para ayudar a su vecino buscando entre los escombros aún en contra de toda esperanza de vida...

Me encontraba hoy viendo un reportaje de testimonios a este respecto y son realmente sorprendentes los frutos que de ahí se rescatan. Primero, el acto de la solidaridad como ya mencionaba que de fondo conlleva un profundo sentimiento de compasión y hermandad hacia el hermano que sufre, y el hecho de que este profundo sentimiento lleve a dar lo máximo de sí por ayudar a sus semejantes en días en que incluso para muchos, parecía ya hasta perdido...; y segundo: los milagros tangibles como el caso de los llamados "bebés milagro" rescatados entre las ruinas de un hospital, y no sólo uno, sino más de doce...; o el caso de los sobrevivientes que fueron rescatados después de varios días a pesar de los peores pronósticos que de éstos se tenían; no había para muchos esperanza de encontrar más vida y, sin embargo, las "corazonadas" junto con el entusiasmo de la fe y esperanza por encontrar más vida, provocaron el milagro de encontrarlas...

En conclusión ¿Qué de bueno sacamos de estas experiencias? Nada más y nada menos que el del espíritu de la verdadera hermandad que conlleva la solidaridad ante las dificultades de la vida diaria.

Mucho nos duelen estas circunstancias que inesperadamente nos aquejan, pero mucho más nos alivia el sentirnos acompañados, alentados, ayudados, por la mano de un, ya no se diga amigo, sino ahora hermano...

Son eventos que, a pesar de su carácter de desastre, nos dejan muchas enseñanzas e, incluso amistades. Es un pasaje donde nos recordamos ya no como individuos rutinarios y extraños que pasan desapercibidos en la vida diaria, sino como un hermano más que se descubre y solidariza en la adversidad; un desconocido que se convierte en mi hermano de vida capaz de tender la mano cuando se necesite... ese es el verdadero espíritu que se deja ver ante las catástrofes inesperadas que, de otro modo quizás, no habríamos sido capaces de identificar...

Y es esto precisamente lo que debemos recordar cada año: que no olvidemos ese espíritu solidario que brote no solamente en las grandes calamidades sino que se vaya siempre alimentando día a día en pequeñas obras como las palabras del Evangelio de Lucas nos lo recuerdan: "el que es fiel en lo poco, [será] fiel en lo mucho" (Lc 16,10). 

Con todo, no justifico ni quiero decir que me gusten y sean necesarias tales calamidades para resaltar nuestros valores, de hecho, no necesitamos de este tipo de acontecimientos para recordarnos la calidad de seres humanos que podemos llegar a ser, ni necesitamos sacar nuestro repertorio de valores sólo en momentos especiales, si no, más bien, irlos trabajando día a día con nuestros semejantes aún en la prosperidad y relativa paz social. No podemos bajar la guardia; siempre hay algo por qué trabajar, a quien ayudar y dignificar... en pocas palabras, " a quién amar" para que el dueño de la mies no nos encuentre dormidos el día de su llegada que será por sorpresa... "¡Estén atentos porque no saben el día ni la hora!" (Mc 13,33).

¿Qué opinas? Por favor, no olvides dejar tu comentario o reacción aquí abajo. ¡Que Dios nos bendiga siempre!

domingo, 16 de agosto de 2020

Hoy me suicidaré ¿Qué me dirías?

Hace días encontré un video en Youtube que me llamó mucho la atención. Se trataba de un muchacho coreano sosteniendo un cartel enorme con la siguiente leyenda: "hoy me suicidaré ¿Qué me dirías?"

Así mismo, tenía dispuestos plumones y notas adhesivas para que le escribieran aquellos que quisieran darle un mensaje especial a éste que parecía tener determinado suicidarse.

Al principio no parecía haber mucho interés por este chico, sin embargo, el video muestra cómo, poco a poco, se van congregando más personas y proceden a escribirle algo y dejárselo en la pizarra.

Pero llama la atención una persona en especial a la que no le bastó con escribirle una nota adhesiva solamente, sino que, una vez que ponía su mano en su espalda sobándosela en señal de compasión y preocupación, se acercó más directamente a preguntarle -¿Por qué te quieres suicidar?, a lo que el protagonista respondió (lo diré parafraseado): -Porque no soy feliz; todos los demás parecen estarlo, pero yo no; traigo dolor en mi corazón (con estas palabras el actor recrea los posibles sentimientos de un verdadero suicida). 

Acto seguido, esta mujer le invitó un té de burbújas con la intención, al parecer, de aliviar su sufrimiento y, a la vez, tratar de disuadirlo de que deje tan atroz intención.

Sin embargo, éste parecía decidido alegando que eso no le quitaría el dolor, que no vale su vida, que se odia a sí mismo…

Este video se trató de un “experimento social” y se realizó en medio de una plaza en Corea a la vista de muchas personas y en donde muchas se compadecieron de él escribiéndole notas para que no se suicidara. 

Por supuesto, un “suicida” no se evidenciaría de esta manera, pues, de hacerlo, sin duda no faltaría quien le persuadiera de no cometer tal atrocidad, pero entre nosotros hay a diario personas que se sienten mal y pasan “desapercibidos” en nuestra vida cotidiana… La depresión, que es la causante de tales actos es muy peligrosa porque, de hecho, no es tan evidente y, la persona que tiene pensada tal acción, muestra signos contrarios anímicos, es decir, parecen "normales" e, incluso, "felices".
Chica invitándole una bebida para platicar
Chica invitándole una bebida tratando de hacerlo sentir mejor y evitar con ello que tome una mala decisión 
Más, el hecho de tratarse un experimento social no significa que no sea “algo serio”, de hecho lo es, y muy grave, no en vano este “youtuber” quiso de alguna manera recrear una escena para “generar conciencia”. 

Según estadísticas de 2017, Corea ocupa el décimo lugar de suicidio a nivel mundial, y México en el lapso de 1999-2015 duplicó la cifra de 2.4 suicidios por cada 100 mil habitantes a 5.4. Algo realmente preocupante. 

Me llama la atención, pues, y regresando a este video, el gesto de esta chica a la cual evidentemente le preocupó la situación sobremanera. A ella no le bastó pegar una nota adhesiva de aliento a la persona, pues, como ella misma lo manifestó: “no veía que las notas te aliviaran en mucho y pensé: qué más podría hacer”. 

Sin duda, se trata de un acto de solidaridad suprema el hecho de preocuparse por una situación social alarmante y el preocuparse siquiera por una persona prácticamente “desconocida”. Esta es la solidaridad social y empatía que precisamente nos caracteriza como “humanos”: la preocupación por la vida de los demás. 

Si te encontraras en una situación similar ¿Cuál sería tu reacción? ¿Te limitarías a dejarle un mensaje (que, me imagino que todas las notas eran palabras de aliento y de lucha para evitar que esto suceda) o harías algo más?… déjame tu comentario y comparte esta refelxión.

Quizá en otra entrada haga reflexión de ¿por qué, en una sociedad con grandes avances tecnológicos, el ser humano sigue sintiéndose solo?

Este video lo puedes mirar en este enlace: 
https://www.youtube.com/watch?v=Pypyf1O4PrU&t=301s
 


domingo, 28 de junio de 2020

De la conciencia de Dios

Necesitamos trabajar juntos para crear un mundo en donde unas personas no tengan que atropellar a las otras para sobresalir. Un mundo en que no se manipule a las personas. Un mundo en que la pobreza, la crueldad, el terrorismo, el conflicto y la guerra se conviertan en oscuros recuerdos de un pasado abandonado, y no en unas realidades que se sufren en el presente. Un mundo en que la autoridad del Estado y de la Iglesia esté al servicio de las personas y ya no las opriman ni hagan más penosa su vida.

Un mundo que se preocupe por las personas. Lo que de veras quiero decir es que necesitamos crear un mundo en que las personas se preocupen auténticamente las unas por las otras.

Y así como hemos de tomar en serio la necesidad de hablar de una forma inclusiva, así también hemos de tomar en serio la responsabilidad de una preocupación inclusiva. Esto equivale a decir que no hemos de escoger a algunas personas para preocuparnos de ellas. Tenemos que preocuparnos por todos aquellos que Dios ha puesto cerca de nosotros –hasta donde el tiempo y los recursos nos lo permitan.

Antes de realizar un sueño, necesitamos soñarlo. Me parece que, si vamos a preocuparnos auténticamente por las personas, hacen falta tres actitudes:

1) voluntad para dialogar con aquellas personas con quienes no siempre estamos de acuerdo. 

2) profunda compasión (habilidad para penetrar en los sufrimientos de las otras personas). 

3) Deliberada posición de no-violencia en todas nuestras relaciones. Estas actitudes nos darán la capacidad de “caminar en presencia del Señor en la tierra de los vivos”. Esta es la forma de tratar con las personas que encontremos “en la tierra de los vivos”.

El diálogo se refiere primeramente a lo intelectual, especialmente cuando tenemos diferencias con las personas sobre lo que hemos de pensar o sobre la forma de actuar. La compasión se refiere primeramente a una actitud del corazón, que se expresa ante los necesitados, sin tener en cuenta nuestras posibles diferencias con ellos y su manera de pensar. La no-violencia hace que nuestro amor sea incondicional.

Recordemos que, cuando Jesús murió, el velo del templo se rasgó. Ese velo había sido colocado ahí para separar el lugar santísimo (la parte de Dios en el templo) del lugar santo (la parte humana del templo). Necesitamos arrancar los velos que separan a Dios de su creación, y la creación, de Dios. Necesitamos quitar también todos los engañosos velos que nos separan los unos de los otros, para que así podamos tener conciencia de que somos una sola cosa con los demás. Necesitamos rescatar al mundo del "apartado espiritual"... 

(Continuará). No olvides dejar tu reacción o comentario.

miércoles, 24 de junio de 2020

Metanoia

Dios perdona y es misericordioso, sin embargo, las consecuencias de nuestras acciones perduran. El corazón malo de una persona difícilmente cambiará a menos que sufra una metanoia. 

Pero ¿qué es metanoia? 

Este concepto de origen griego describe un cambio radical, es decir, una transformación total. Si buscas en internet encontrarás a primera estancia que ésta "denota una situación en que en un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección, también retóricamente utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada, y corregirla para comentarla de mejor manera". 

En este sentido se aplica a las personas que cambian totalmente su manera de proceder para bien sus acciones e, incluso  su personalidad y carácter de repente ya no son los mismos

Sí, es como si se metiera otra persona en su ser, alguien distinto del que antes era. Pero tranquilos, no estoy refiriéndome a una posesión como tal. En el cristianismo nos referimos más bien a una conversión total y radical de la persona una vez que experimenta un encuentro profundo con alguna experiencia o alguien, en este caso, con Dios. Es decir que si esta persona, antes era grosera, violenta, desastrosa, odiosa… y de repente (bien podríamos aplicar el dicho “de un día para otro”), es totalmente lo contrario: más atenta, cariñosa, amorosa, etc., hasta causará asombro y sospecha pues no se puede creer que una persona de buenas a primeras cambie tan rápido, ¡bueno! no es que sea imposible sino que rara vez vemos estos cambios, es muy difícil verlos y experimentar ese encuentro tan profundo que nos permee y cambie, más eso no quiere decir que no sucedan.

Ciertamente no es lógico este cambio para muchos, pero no, tampoco es imposible, y tenemos ejemplos en la biblia.

La conversión de San Pablo.

El hecho más conocido es el de Saulo (ver Hech 9) quien posteriormente será conocido como San Pablo, perseguidor acérrimo de de los discípulos de Jesús: "Saulo, respirando amenazas contra los discípulos del Señor..." (Hch 9, 1) y quien posteriormente, después de una visión con la voz de Jesús, se convirtió en el más fiel misionero y proclamador de éste por el resto de su vida, y tal fue su conversión que estuvo dispuesto a todo por la causa de Dios y su mensaje. Así, sufrió desprecios, burlas hasta llegar a dar incluso la vida misma. Ya nada más le importó después de conocer a Jesús más profundamente; y fue tal su fervor que manifiesta su entrega en una carta a los Romanos en medio de un ambiente tan hostil que se vivía en aquél entonces: "¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? [...] en todas estas cosas salimos más que vencedores" (Rom 8,35). Cuando existe una convicción real se es capaz de superar las pruebas más duras.

Esta metanoia (o cambio radical) implica toda una aceptación y compromiso para con la causa o persona amada. En pocas palabras, hubo un cambio porque hubo amor.

En el caso de Pablo, esta conversión (que por cierto esta otra palabra se equipara a la de metanoia) fue posible gracias a este encuentro tan profundo con Jesús, más no sin este elemento llamado amor que fue capaz de cambiarlo por completo, hasta la raíz de su ser.

Por ende, una persona que experimenta el amor pleno es capaz de dar hasta la vida, de hacer cambios importantes porque ya se siente identificado con la causa, un proyecto o persona la cual se estima en demasía.

Metanoia es, pues, una conversión de vida, y esta conversión se manifiesta en todo nuestro ser incluyendo nuestras actitudes. Uno puede decir que cambia, o que ya no hará tal o cual cosa que ofendió o hizo algún daño a alguien, y puede que lo cumpla por un buen tiempo, sin embargo, si pasado este lapso, vuelve a recaer en las mismas acciones perjudiciales, podemos decir que no hubo una verdadera conversión o metanoia desde el interior. Así, puedo cambiar algunos elementos de mi personalidad, sólo algunos, pero seguir siendo el mismo… Metanoia implica a toda la persona con todo su ser; implica un cambio desde las raíces, no se trata solamente de un deseo superficial o de tener la “buena intención” para con lo bueno, para con Dios (si es que verdaderamente le buscamos a Él). Implica un cambio de mente y corazón, implica sacrificios y aceptación de, incluso, remar contra corriente si es necesario por defender aquello con lo que se ha comprometido en cuerpo y alma, es decir, con todas las fuerzas, porque llega a ser nuestro sentido último.

De ahí que, este cambio se muestra posteriormente con acciones y no sólo de palabras; de acciones extremas que, lejos de hacer desertar, fortalecen más esa convicción como San Pablo que, en otras de sus cartas llega a expresar: “[…] me han nombrado predicador, apóstol y maestro. Por esa causa padezco estas cosas, pero, pero no me siento fracasado, porque sé en quien he puesto mi confianza” (2 Tim 1,12). Tiene una convicción tal que ninguna dificultad le hace desanimarse al grado de querer abandonarlo todo; sabe bien en quien confía, y ese alguien es su fuerza, aliento y esperanza. En este caso, ha experimentado el amor de Dios en su máxima expresión que cree que ningún sufrimiento en la tierra es suficiente para apartarle de este sentimiento sublime.

¿Qué es esta metanoia, pues? algo extremo y extra-ordinario diría yo, y detrás de ésta se encuentra la Misericordia de Dios que no es otra cosa también que "amor al extremo", un amor tan profundo que el mismo Saulo no fue capaz de resistir.

"Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras" dicta la cita de Santiago (St 2,18) que no es otra cosa que mostrar el amor con acciones, y desde donde se hace tangible tal prodigio de la conversión; del amor mismo experimentado en carne propia al grado de transformar sobremanera a la persona en todo su ser.

Este "cambio" (o metanoia= cambiar de meta) es similar a encontrarse un tesoro o, en términos más actuales, a sacarse la lotería. Cuando esto sucede, la persona no puede ocultar su alegría y quiere contarlo a medio mundo, y, aunque no hiciera uso de palabra alguna, su alegría se deja ver a kilómetros. 

Es decir que, una metanoia no se puede esconder; es un acto verdaderamente evidente y sorprendente en el grado de no poder creerlo.

La Biblia está llena de ejemplos al respecto. Basta ver los milagros que Jesús obró en vida con las personas y que no es otra cosa que un encuentro muy profundo con Él. Él hacía a los demás sentirse acogidos, escuchados, atendidos... en pocas palabras, amados, y con lo cual revolucionó la visión tan reducida que tenían los judíos respecto de un Dios muy lejano y exclusivo. Jesús vino a manifestar algo tan sencillo: el amor es para todos, Dios es amor, y todo el que ame será feliz, lo cual es equivalente a abajar a Dios a nuestros terrenos, un Dios de los excluidos y marginados no sólo de los ricos y letrados... esa es la gran novedad. 

El hecho, pues, de experimentar tal acogida (sentirse amado), es lo que produce tal conversión (metanoia), un cambio de rumbo radical que implica de antemano una reflexión y amor tan grandes respecto al amor que el Padre nos tiene y nos ha dado, y del cual no nos sentimos siquiera merecedores: "Me pondré en camino a casa de mi Padre y le diré: He pecado contra Dios y te he ofendido; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Trátame como a uno de tus jornaleros" (Lc 15, 18), además de un reconocimiento ante lo majestuoso, ante la grandeza o prodigio divino: "¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?" (Lc 1, 39) y que, por supuesto, detrás de todo este reconocimiento se encuentra una gran fe ante lo supremo.

Es en este último punto que nos hacemos conscientes de nuestra condición de servidores, hijos de un mismo Padre. Más, no cualquier Padre, sino uno amoroso, justo, misericordioso, de aquél que tiene poder incluso para destruirnos, despedirnos, desheredarnos, y sin embargo, no lo hace, no quiere. Nos reconocemos menos ante la grandeza de lo divino, y nada más divino que el mismo amor que, experimentado en su máximo esplendor, recae en una total conversión (metanoia).

"Porque en verdad yo soy un hombre del campo, soy mecapal, soy parihuela, soy cola, soy ala; yo mismo necesito ser conducido, llevado a cuestas, no es lugar de mi andar ni de mí detenerme allá a donde me envías" (Nican Mopohua, relato del Indio Juan Diego ante la presencia de Santa María de Guadalupe), En este caso, Juan Diego no se siente digno de tan grandes prodigios o encargos de parte de Dios lo mismo que San Pablo una vez converso; que el hijo prodigo cuando recapacita y no se siente digno de volver como "hijo" y, sin embargo, el Padre le ama con esa misma dignidad... Y así, vemos muchos ejemplos, sobre todo en la vida de los que llegaron a ser santos gracias a este reconocimiento tan profundo del amor de Dios Padre...

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domingo, 14 de junio de 2020

El encanto de una Mujer

El encanto de una mujer puede estar de muchas maneras, ya que muchas de ellas tienen un corazón lleno de mucha humildad, ese gran amor lo podemos conseguir en nuestra madre, hermana, amiga, novia o esposa, ya que éstas tiene el don dar el amor verdadero en todas las circunstancias por las que podemos atravesar, a lo largo de éstos años hemos podido ver como mujeres guerreras han estado aportándole al mundo grandes cosas, afortunadamente en la actualidad, éstas tienen mas oportunidades, ya que son tomadas en cuenta, ahora podemos verlas como encargadas de una nación, de grandes marcas y empresas o como madres ejemplares.

Todos hemos tenido la dicha de tener el encanto de una mujer en nuestras vidas; y todo comienza desde el primer día en el que llegamos al mundo, la primera muestra de cariño que recibimos es de nuestra madre, no todo comienza allí, desde el primer día en el que estás en su vientre comienza todo su cariño y encanto.

A lo largo de la historia hemos podido ver cómo las mujeres han derribado estereotipos impuestos por la sociedad, tantos de belleza y como laborales. En nuestra era ya no importa si una mujer tiene sobrepeso para estar en la televisión o concursos de belleza para ser tomadas en cuenta, esa extrema delgadez que impuso la sociedad ya es cosa del pasado, también por otro lado, hemos podido ver cómo las chicas dominan deportes que eran tachados sólo para hombres, las podemos ver en torneos de boxeo, partidos de fútbol y todo tipo de deporte extremos.

La mujer más poderosa de su tiempo

Además, en el pasado a las mujeres no se les permitía tener ciertos tipos de liderazgos para oportunidades laborales, ahora podemos ver que grandes mujeres como: Oprah Winfrey, Ashley Qualls, Shakira y entre muchas de ellas quienes en el inicio de sus vidas y carreras fueron discriminadas por la sociedad, éstas ahora son grandes empresarias y famosas que se siente orgullosas de ser mujeres.

Ésto es una pequeña parte lo mucho que pueden lograr las mujeres, con el encanto que las caracteriza han podido derribar barreras que antes parecían ser imposibles de derrumbar. A todas nuestras mujeres guerreras, emprendedoras y trabajadoras queremos rendirles un pequeño homenaje, sin ustedes nuestras vidas estarían vacías y sin sentido, ustedes son la muestra de humildad, cariño y amor que las hace ser un encanto que ilumina al mundo. A todas ustedes muchas gracias por aportarnos el amor que tanto requerimos para salir adelante.


Un reconocimiento especial y abrazo afectivo a mi mamá, hermana y todas esas mujeres que a lo largo de mi vida me han estado acompañando, aconsejando hasta hoy día; a todas esas amigas y maestras que, de manera incondicional, me han hecho crecer en muchos ámbitos de mi vida de muchas maneras...

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viernes, 5 de junio de 2020

EL QUE NACE PARA MACETA...


Muchos hemos escuchado alguna vez este refrán "El que nace para maceta no pasa del corredor" y, aunque para muchos es muy obvia, para otros no lo es tanto así. 

¿Por qué maceta?

La función de la maceta por su esencia no es el de ir más allá que "adornar", normalmente un pasillo, una ventana, un balcón... En fin, sea cual sea el lugar donde se encuentre, lo que  este refrán nos quiere decir es que ésta nunca pasará de ahí. 

Se trata de la "gente obstinada", temerosa, tradicionalista, arraigada ciegamente a sus costumbres sin siquiera, muchas de las veces, reflexionar su propia situación o enseñanzas dadas.

Esto también tiene mucho qué ver con el factor "esfuerzo", elemento esencial para "trascender"; lo que nos puede ayudar y, siguiendo con la lógica del dicho: "a pasar del corredor", a cambiar nuestra realidad; a mejorarnos y mejorarla, a no quedarse "plantados" en una cierta realidad... 

Y esto solamente lo pueden hacer "los arriesgados" los, valga también decirlo, "ambiciosos" en el sentido de desear "algo mejor" aunque la manera como se haga, por supuesto determina sus consecuencias. Así, hay ambiciones buenas y malas. La mejor ambición, pues, es desear el bien supremo: a Dios que es amor y, a su vez por ello, no buscaremos el mal a los demás.

Es este factor Dios quien nos hace "confiar", nos dicta el camino, hace arriesgarnos y, por supuesto en el ámbito de nuestra fe en Él, que nos lleva a lo que más nos conviene como personas, ni más ni menos, la perfecta y exacta felicidad.

El problema surge, en dos polos extremos: 1) en la mediocridad o conformismo, cuando nos planteamos la idea de que "estamos bien así" por no esforzarnos ni arriesgarnos a ir más allá, porque nos cansa el pensamiento de "caminar" sin antes haberlo intentado siquiera...; y 2) cuando deseamos más de lo debido (avaricia) donde se corre el riesgo de adorar otros dioses y desplazar a Dios (amor) mismo tomando en su lugar el valor meramente "material" y egoísta como en la tentación del génesis "serán como Dios..."(Gen 3,4); o el becerro de oro del Éxodo (Ex 32).

Parece ser que una flor (o varías) del jardín (sin maceta), tiene más posibilidades de cambiar de locación, o, dicho de mejor modo, de "trascender" en tanto aún no tenga ese elemento llamado "maceta" que, hasta cierto punto la limita y condiciona ya que normalmente una flor, una planta, etc., fungen como "ornamentos" (apariencia), que no es mala, pero sí efímera.

Más ¿Por qué esta frase se aplica en mucho a nosotros los hombres?

Se refiere básicamente a esa característica de "no trascendencia" en el hombre, dando, a su vez, un aspecto incluso de estancamiento, de "no progreso". Pero esta característica se aplica más propiamente a "la voluntad" del mismo más que a los medios. 

Así, la trascendencia de una persona o comunidad dependerá en mucho (si no es que siempre) de la calidad de sus pensamientos. El carácter de intrascendencia se debe muchas veces al "pesimismo", producto, a su vez, de la "comodidad", del estacionarse en ideas o modos de vivir propios que se consideran "acabados", determinados (¿Para qué esforzarse si ya estamos bien así? evitemos más problemas), etc. dejando de lado la libertad de crear en manos del "destino" como si el hombre no tuviera inteligencia ni capacidad de "hacer las cosas mejores" al ejemplo del creador (Ap 21,5); de caer en cuenta que nosotros somos nuestro propio destino.

He visto personas con oportunidades varias que la vida le presenta para poder seguir caminando y mejorarse; y he visto también a la vez, como éstas la rechazan una y otra vez sólo por el hecho de que les implican un mayor esfuerzo ¿Para qué esforzarse si estoy bien así? -piensan algunos-; otros más pesimistas: "Así me tocó vivir, es el destino"... pero todos ellos reina en el fondo, aunque no lo crean, una comodidad, la comodidad del mínimo esfuerzo. He visto "Pobres" (materialmente hablando) que se niegan a mejorar su comunidad, sus casas de cartón, alcantarillado, etc.  porque quieren seguir defendiendo esa condición más que nada por "comodidad", porque "me dan"; para conseguirse mayores beneficios del gobierno u otras estancias como despensas regaladas, alimentando con ello el vicio del "asistencialismo", con el mínimo o, prácticamente nulo esfuerzo.

Más, según sea tu interés en la vida, será tu voluntad y con ello tus frutos ya que, no todo puede proporcionártelo el entorno. Muchos se "conforman" con migajas que reciben de los demás, pero pocos realmente van por el pan bueno, grande, verdadero (no sin gran esfuerzo).

Esa maceta (molde), pues, nos condiciona, nos limita a salir, a ser diferentes, a crear cosas nuevas. Quien se cree sólo planta, ciertamente no pasará del corredor, de la ventana, del balcón, del jardín... de ser un simple "ornamento". Debemos transformarnos en algo más viable, y no porque la planta sea en sí mala o innecesaria ya que, ciertamente hay elementos que por su esencia cumplen su función específica (don) y son felices con ello. Cada cual tiene un talento y un don y, si el tuyo no es ser planta estacionada en maceta, no te quedes ni te aferres a lo que "no eres".

Oportunidades de vuelo vendrán una y otra vez, y una y otra vez el mediocre la rechazará por desánimo, le invitarán a salir del corredor y, en el camino, a unos pasos, siente que desespera; deserta porque no creyó que fuera tan difícil caminar unos pasos y comienza a decir en su interior "no vale la pena, yo no tengo madera para ser alguien distinto, yo nací así; así me hizo Dios, así me quiere y así me quedaré" (tratando de justificarse y calmando su conciencia cuando es el mismo Dios quien le impulsa en el fondo y quiere, al contrario de su pensar, que lo intente, que no se quede en una simple maceta).

Así, pues, pasar del corredor es cuestión de voluntad más que de "medios"; porque medios siempre habrá, algunos más fáciles que otros, pero siempre habrá posibilidad de "algo mejor", de conocer nuevos rumbos además del corredor. Más, si no existe la capacidad de abordar tales situaciones, de arriesgarse siquiera por abordarlos, difícilmente saldrá de tal situación o entorno actuales. Preferimos "vernos bonitos" ahí en el balcón, que nos cuiden, estacionados... que emprender el propio vuelo (si somos pájaros).

No es malo ser maceta y con ello no pasar del corredor, tampoco es obligatorio trascender pues hay quien se siente bien en su ambiente. Pero tampoco es malo "trascender" y ser capaz de buscar otros caminos, ser independientes, libres en cada pensar. En pocas palabras, de lo que se trata a fin de cuentas la vida, es de que identifiques qué es lo que realmente quieres, cómo quieres vivir, si eres consciente de ello y te hace feliz, es eso lo primordial, pero si no eres feliz, quepa la posibilidad de repensar el estado actual que nos aqueja y el considerar ¿Qué podemos hacer o emprender? ¿hacia dónde más podemos ir?

Si eres flor o planta que el entorno (la maceta) no te limite; y si eres feliz como eres, sólo haz bien aquello que sabes muy bien hacer, brilla lo más que puedas ahí donde estés... Y si Dios te ha llamado a ser "diferente", por más difícil que sea (no hay cosa fácil), arriésgate a "realizarte", a ser feliz sea lo que sea que hagas en el ambiente donde estés: maceta, vantana, balcón, jardín o algo más como el viento si eres pájaro...

"El que nace para maceta..." se refiere, pues esencialmente al necio, al que no está determinado que quede ahí plantado por más placentero que éste se encuentre, al que, a pesar de los medios, se rehusa a cambiar o seguir otros patrones, a esforzarse por algo más y, ligado a este dicho, se encuentran el siguiente: "a oídos necios, palabras vanas", pues el que se "planta" en cierto estatus (o condición) difícilmente escuchará y aplicará consejos por más sabios que éstos sean.